Han oído que fue dicho: «Ojo por ojo», y: «Diente por diente». Pero yo les digo: No monten resistencia al que es malo; sino si alguien te pega en la mejilla derecha, vuélvele también la otra. Al que quiera ponerte litigio para quitarte la camisa, déjale que también tome la capa. Si alguno te obliga por conscripción a llevar su carga una milla, ve con él dos. Al que pide de ti, dale; y al que quiere tomar de ti prestado, no le des la espalda.
Hace un par de años, una amiga me insultó de tal manera que yo estaba asombrada por sus palabras: "No voy a descansar hasta verte arrastrando por el suelo, te odio a ti y tu maldita fe, eres una mala cristiana, Dios no te ama"... y varias cosas mas. ¿Por qué? Porque ella me tiró unos papeles de Jesús al piso y yo le dije que respetara mi creencia. Yo era muy ingenua y creía a todas las personas. Me sentí muy mal pero no abrí mi boca, me sentía demasiado triste como para ni siquiera hablar. Hasta el día de hoy esta amiga me detesta por mi amor a Dios, pero yo no le tengo una gota de rencor, todo lo contrario, oro por ella y su familia. He comprendido que las personas que reaccionan mal llevan cargas que la gente desconoce. Duele sentirse defraudado, pero Dios nos dice que no debemos vengarnos, que debemos poner la mejilla y pedir perdón incluso por lo que no hacemos. A veces, esos pequeños detalles harán comprender a las personas que somos reales y verdaderos y que nuestra fe es verdadera y que vale la pena callar cuando nos hieren. Poner la otra mejilla, no significa que no debamos a veces reprender a una persona, pero a veces es mejor callar y esperar en Dios para que restaure a la otra persona. Para la honra y gloria de Dios, jamás le he pedido a Dios venganza, todo lo contrario, siempre que me hacen algo que no comprendo, empiezo a analizarme profundamente y a pedir a Dios me muestre lo que hice sin darme cuenta. Y Dios trabaja en mi y al mismo tiempo en la otra persona a la cual comienzo a bendecir enseguida. Si alguien te ha dañado, bendice a esa persona y perdónala. Pide a Dios que te ayude a sensibilizar tu corazón para mirarla con el amor de Cristo. Te aseguro, que Dios mirará esos deseos en ti y no tendrás que vivir con la aflicción del deseo de venganza. Bendice aunque te odien, bendice aunque te miren feo, bendice aunque te roben y te maltraten. Bendice como Dios bendijo en la cruz y dijo: "Perdónalos Padre, no saben lo que hacen". A veces dañamos también y no nos damos cuenta, y no desearíamos que desearan vengarse de nosotros, sino tenernos misericordia. Si bendecimos en vez de maldecir, nuestro corazón recibe una paz independiente de como nos sintamos fisicamente. No temas perdonar, es un remedio que te hará amar a tus enemigos y te hará amarte a ti mismo. No es fácil, pero con la ayuda de Dios, todo es posible. Sobre todo, si tienes un familiar con problemas, pon tu mirada en Cristo y mira a esa persona a través de Jesús.
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